La atención es la llave para las dos cosas:
nuestro trabajo y también para el trabajo en sí mismo, porque la atención es un muy
buen indicador del ser esencial. El ser esencial puede hacer el trabajo que la máquina no
puede hacer. Y la máquina no puede producir atención. No puede ser una fuente de
atención, pero si puede poner atención.
Para notar, el poner nuestra atención en algo y no dejar que nada
se imponga en eso, solo el tener la atención en eso deja que la cosa sea. Solo será eso
mismo si nosotros no ponemos nada en eso, si no atribuimos nada a eso, si no lo cubrimos
con nuestras propias interpretaciones personales y subjetivas de lo que debería ser, si
no lo nublamos con significados que realmente cambian su naturaleza. Nuestras percepciones
están generalmente equivocadas. Necesitamos aprender a que las cosas sean, para tener la
experiencia de ellas como son --no como creemos que deberían ser.
Cuando usemos nuestra atención de esta manera, perforaremos un
agujero a través de nuestro cerebro desde adentro hasta afuera que nos dejara dirigir el
rayo láser de nuestra atención.
Cuando tenemos intrusiones, generalmente esto es atribuido a un
centro mental aburrido. Es la misma operación que ocurre en el cerebro cuando cambiamos
mentalmente una palabra que se repite en una grabación recurrente, y aún cuando la
palabra grabada es exactamente la misma, empezamos a escuchar palabras que no están en la
cinta para nada. Este efecto ha sido documentado extensivamente por B.F. Skinner y Dr.
John Lilly en el curso de sus investigaciones separadas.
Dr. Lilly produjo una cinta magnetofónica hace unos cuantos años
atrás, en la cual solo una palabra es repetida impecablemente por un período muy largo.
La palabra dada es dicha solo una vez, para que estemos seguros que estamos oyendo la
misma palabra dicha una y otra vez.
Los oyentes tendrán una variedad de reacciones a esta repetición,
pero la mayoría de las reacciones son iguales. Uno generalmente se da cuenta que esta
grabación recurrente, puesto que se repite, fuerza a la mente a crear alucinaciones
auditivas porque si la mente está necesitada de actividad creara su propia actividad.
Cuando el cerebro oye la misma palabra una y otra vez, aunque sea por un ratito, la mente
inevitablemente se vuelve muy activa y empieza a llenar lo que considera que son los
huecos.
Esta famosa cinta, conocida en inglés como "Cogitate" y
en español como "Medita" (El disco en español fue producido por Juan Carlos
Mendizábal y Ricardo Flores del grupo Umbral.), fue usada en Esalen en un ejercicio donde
el oyente trataría de ver cuantas palabras diferentes podría derivar de esto. Esto hace
uno de los ejercicios más maravillosos si uno lo utiliza de la manera correcta. Primero,
se puede usar para generar todas las palabras que podemos escuchar en esto.
Hay unas cinco mil palabras que se pueden oír en esa grabación.
Incluso existe la difusión de las palabras y el nivel de distribución de cada palabra
qué tan seguido una palabra particular será oída dentro de un segmento dado.
Hay otro ejercicio mucho más poderoso que también esta grabación
facilita; en el que no hay estimulación y el cerebro provee su propia estimulación. En
otras palabras, si vemos al segundero de un reloj por un minuto, al principio lo que
trataremos de hacer es solamente mantener nuestra atención sin que se salga de esta
manecilla. ¡Estaremos sorprendidos de ver cuanta dificultad existe para hacer esto!
Sesenta segundos de presencia simple. Ni siquiera estamos hablando de "presencia
invocada." ¡Es difícil! No estamos hablando siquiera sobre el estado consciente
solo de la conciencia simple.